Locus de control
El locus de control es un concepto psicológico de gran importancia para el crecimiento personal.
Con la expresión “locus de control” nos referimos a la percepción que tiene el individuo de su capacidad (o incapacidad) para controlar los eventos.
Es necesario hacer una distinción.
Las personas con un locus de control interno sienten que son capaces de modificar los eventos, sienten que tienen el poder sobre lo que sucede y son conscientes de que su capacidad y su empeño influirán sobre lo que pasa o puede pasar.
Al contrario, las personas con un locus de control externo piensan que sus acciones no influyen sobre su vida, se sienten a merced de fuerzas que se encuentran fuera de ellos.
Pongamos dos ejemplos prácticos.
Una persona está esperando una promoción en su trabajo pero no la recibe, como consecuencia, reaccionará de manera diferente en dependencia de si tiene un locus de control interno o extreno.
Interno: “Si me hubiese esforzado más lo habría logrado, ahora sé lo que tengo que hacer para la próxima vez”.
Externo: “el jefe no entiende nada, es inútil que me esfuerce, no soy yo quien toma las decisiones”.
Este es un ejemplo negativo pero también podemos ver uno positivo.
Una persona participa en un torneo (de un deporte cualquiera) y gana.
Interno: “Me he esforzado, lo he dado todo y al final lo he logrado”.
Externo: “¡Que suerte he tenido! Además, este año los jugadores eran bastante malos”.
Salta inmediatamente a la vista la semejanza de estos conceptos con el monólogo extraído de “La hora 25” (puedes ver aquí el video) y, de hecho, leyendo los comentarios del video se puede apreciar que muchos comprenden esta relación.
Por ejemplo Gaby dice:
¡Excelente película y gran monólogo! Tendemos a darle la culpa de nuestros problemas a todo lo que nos circunda sin reflexionar demasiado. Cuando empezamos a pensar, comienza el crecimiento personal. […]
y Daniel:
[…] Aunque el mundo externo sea un verdadero cabronazo y de pie a miles de excusas para justificar nuestra mala suerte, la única cosa que podemos hacer es cambiar lo que no funciona en nuestras vidas y focalizar nuestra atención en nosotros mismos. […]
En este punto me parece claro que tener un locus de control interno no solo es útil sino necesario para emprender cualquier camino de crecimiento personal.
Para cambiar se necesita cierta dosis de esfuerzo pero si una persona siente que su empeño no tiene el poder necesario como para cambiar los eventos, entonces de seguro no hará nada.
Normalmente esta percepción interna antecede a la idea de cambiar, o por lo menos se debe formar de manera contemporánea al deseo de cambio.
En otras palabras, es el eterno dilema “¿Somos los artífices de nuestro destino?”
Intentemos arrojar más luz sobre este tema: no existen personas que tienen un locus de control completamente externo o interno. De hecho, sería cosa de locos poner toda la responsabilidad en nosotros mismos o en algo ajeno.
Entre estos dos extremos existen gradientes intermedios y un sistema de creencias funcional que es capaz de adaptarse a la situación siempre que sea necesario para lograr cierto desarrollo en cada campo de la vida.
¿En qué sentido?
En el sentido de que el sistema de creencias debe ser lo más preciso posible para poder determinar en las diferentes situaciones lo que depende de nosotros (locus de control interno) y lo que depende de fuerzas o factores externos (locus de control externo).
¿Pero como se aplica todo esto en la seducción?
Podrás encontrar la respuesta en el próximo artículo, mientras tanto, si te interesa, puedes hacer este test para conocer cuál es tu locus de control.