“La seducción como profesión”: un error muy común del seductor
¡Hola chicos! Hoy hablaremos de un tema muy importante, de hecho, es fundamental en la seducción: por qué la seducción no se debe convertir en una profesión.
Este artículo está dedicado a todos los que son muy buenos en la seducción pero también le será útil a los que no son tan expertos puesto que podrán recordar su contenido cuando hayan mejorado como seductores.
Partamos de un presupuesto: sin esfuerzo, sacrificio, abnegación y fuerza de voluntad no se obtiene ningún resultado en cualquier área de la vida.
Esto nos lo enseñan los grandes campeones del deporte, los artistas y cualquier persona que haya logrado sobresalir en su ámbito profesional.
Inluso los talentos más grandes, si no hubiesen tenido “cabeza”, se habrían arriesgado a perder todo su potencial y encontrarse, para usar un término futbolístico, jugando en los campos de la periferia cuando habrían podido jugar en el Santiago Bernabéu, el Camp Nou o el Old Trafford.
No hay nada más triste que ver como estas “promesas” no aprovechan su potencial.
Pero regresemos a nosotros.
Considero que, físicamente, soy un chico en la media y nunca he tenido un talento particular en la seducción pero en los últimos 12 años me he dedicado a esta arte, tomándola como una profesión y buscando la perfección de forma meticulosa .
No obstante, todos cometemos errores cuando intentamos aprender a seducir a una mujer; de hecho, incluso los grandes seductores se equivocan.
Pero retomando el título del artículo, es importante que comprendas que la seducción no es y no se debe considerar como una profesión y no quiero que cometas el mi mismo error.
La seducción como profesión: los errores que no debes cometer
Veamos inmediatamente cuáles son los errores que no debes cometer como seductor y los “efectos colaterales” de los cuales debes mantenerte atento.
Tener el “síndrome del mariposón”
En el 99% de los casos, el que comienza a mejorar en esta disciplina después de haber pasado por años de “sufrimiento”, no se da por satisfecho con seducir a una mujer, intenta conquistar cada vez a más mujeres, busca constantemente la seducción y el sexo.
Entonces se ve inmerso en un círculo vicioso porque necesita satisfacer su autoestima que, de otra manera, vacilaría.
O quizás se comporta así porque quiere pasar por “pijo” pero en verdad se arriesga a que lo consideren como uno que se la tira demasiado. Obviamente, la persona no sabe que comportándose de esta manera siempre dependerá del juicio de los demás.
No es saludable dejar que el humor oscile según los resultados que se obtuvieron en la jornada “seductiva”, si lo haces serás esclavo de algo que debería ser una simple diversión.
Convertirse en una persona inquieta
Una consecuencia directa de considerar la seducción como una profesión (y también del síndrome del mariposón) es la inquietud.
La razón es muy simple: hemos mejorado en la seducción, nos sentimos orgullosos y a menudo logramos llevarnos a la cama a la chica que seducimos.
Pero cada vez que tenemos una cita y estamos en compañía de una chica guapa, si vemos pasar a otra mujer y si esta es bonita, sentimos un deseo irrefenable de conquistar a la otra chica.
Obviamente, como somos personas inteligentes, no intentamos hacerlo pero nos queda esa sensación de ansiedad e inquetud.
Esto no es beneficioso porque:
- Ella seguramente se dará cuenta: las mujeres logran percibir casi cualquier cambio de humor o de actitud
- No disfrutarás del momento: no sabrás divertirte y probablemente arruinarás la salida
¿Vale la pena? ¡Creo que no!
Ser incapaces de experimentar ciertas emociones
Lo que estoy a punto de deciros puede pareceros un poco exagerado pero puedo aseguraros que no es así, ahora os explicaré por qué.
Cuando nos acostumbramos a ver a las chicas como “números”, como trofeos para mostrarle a los amigos, como la enésima “marca” que hacemos sobre la pared de la cama, y tomamos la seducción como un trabajo, nos convertimos en robots sociales.
Cuando digo robot social me refiero a una persona excelente en la seducción, que siempre se muestra brillante, con la broma a punto y que es capaz de agradar en todas las situaciones.
Pero al mismo tiempo, es una persona que no ve que tiene delante de sí a una chica con sentimientos, sueños y determinadas cualidades, en resumen, a alguien que debe conocer. Solo ve el enésimo trofeo que se llevará a la cama o le mostrará a los amigos.
Con el paso del tiempo, esto hace que nuestros sentimientos se vuelvan áridos y después, al improviso, nos damos cuenta de que somos incapaces de experimentar ciertas emociones. No solo es algo malísimo sino que también es muy difícil de cambiar.
Por tanto, es mejor que os mantengáis atentos y, si estáis exagerando, calmaos o daros una ducha fría .
Espero haberos sido de ayuda. Le dedico este artículo a quienes aún no tienen en su poder “Seduce con los sitios de citas”, ya habéis podido leer un pedazo .
El Conde