Empatía y simpatía: un ejemplo práctico y simpático
¿Qué es la empatía?
La palabra empatía deriva del griego empateia y está formada por en – pathos; es decir “dentro del sentimiento”.
Empatía significa:
Habilidad para percibir y sentir directamente y de forma experiencial las emociones de otra persona tal y como esta las siente, independientemente de que se comparta o no su visión del mundo.
No obstante, a menudo el término empatía se usa en otro sentido, como la capacidad para compartir las emociones, la capacidad para experimentar las mismas emociones de la otra persona.
En realidad, esta última definición se refiere más al significado original de otro término: simpatía.
De hecho, el vocablo simpatía deriva del griego sympatheia, una palabra formada por sym – patheia; es decir, “patir juntos”, “experimentar una emoción con…”.
Por tanto, solo para ser precisos, la empatía y la simpatía son dos cosas diferentes, la empatía es la capacidad de comprender los sentimientos de otra persona, la simpatía es la capacidad de experimentar las mismas emociones del otro.
Quizás resulta banal puntualizar que ambas capacidades son fundamentales en la seducción y que aumentan en la misma medida en que nos dejamos ir y centramos nuestra atención en algo más allá de nosotros mismos, en otra persona.
También se debe decir que a menudo no es fácil distinguir el confín entre la empatía y la simpatía.
Para comprender los sentimientos de otro, en cierta medida también debemos experimentarlos… y para experimentar los sentimientos de los demás, de seguro los deberemos comprender al menos un poco.
Las cosas se complican un poco más porque el término simpatía ya no tiene su significado original.
En este blog, cuando no se especifique, la palabra empatía se usará tanto con su significado específico como con el original (propio de la simpatía).
Pero pasemos a un ejemplo práctico de la simpatía que realmente es muy gracioso y que hace llegar muy bien la idea.