“Todos los hombres son iguales, dicen las mismas cosas” – las palabras de una amiga
Cuando digo que mi trabajo también le reporta beneficios a las mujeres algunos piensan que estoy bromeando .
En efecto, es divertido porque me presentan el asunto de esta manera: “¡Ah, seguro! ¡Lo haces por el bien de las mujeres! Que bueno eres” .
Pero dejando aparte esto, cada día me doy cuenta de que es más cierto.
Ayer hablé con una amiga y, entre las muchas cosas de las cuales conversamos, surgió el discurso de la seducción.
Ella es una chica guapísima, por tanto, no tiene problemas en este sentido.
Al contrario, no es así, ¡tiene problemas! Obviamente, no porque le falten hombres que intenten ligar con ella, de esos tiene demasiados. El problema es otro.
Estas han sido sus palabras:
“¡No puedo más! ¡No encuentro uno que sea listo!
Por ejemplo, el fin de semana pasado salí a la discoteca y me detenían cada 2 metros, ¡todos decían lo mismo! “¿Te puedo ofrecer algo de beber?” “Eres un ángel” “Por favor, pasa, guapa”. Todos están cortados con la misma tijera, no hay uno, ni siquiera uno, que diga algo original.
Del trabajo mejor ni hablar, allí son todos idénticos, estereotipados, previsibles y aburridos.”
Te he traído este testimonio para hacerte comprender que cuando hablo de ciertas cosas, como por ejemplo, la previsibilidad o la imprevisibilidad, todo es mucho más concreto si se escucha de la boca de una mujer y cuando hago que entréis en la mente de una mujer para comprender cómo piensa y qué siente, los razonamientos que expongo son reales.
Es erróneo pensar que las mujeres guapas tienen obligatoriamente una vida fácil y feliz.
De seguro, si lo quisieran, tendrían la posibilidad de obtener cualquier cosa en términos materiales.
Pero, en primer lugar, muchas de ellas (la mayoría) no están dispuestas a contraer ciertos compromisos y usar su belleza con “ánimos de lucro”.
Y, en segundo lugar, incluso si estuviesen dispuestas, si eligiesen solo hombres ricos, ¿crees que eso sería felicidad? ¿Serían felices?
No, no lo serían. Por tanto, borra de tu mente el paradigma “Mujer guapa = feliz”, porque a menudo sucede lo contrario.
En el próximo artículo retomaré el discurso de “todos los hombres son iguales” para analizar mejor la cuestión. Porque no es suficiente con entender el concepto, debemos comprender en qué cosas los hombres son iguales y cómo diferenciarse.