¿Qué quieren verdaderamente las mujeres?
¿Qué quieren verdaderamente las mujeres de los hombres?
¿Quieren un hombre gentil o duro? ¿Romántico o no romántico? ¿Quieren un hombre sensible o cerrado? ¿Quieren que sea un poco gilipollas o que se comporten como una alfombra? ¿Abierto al diálogo o macho?
He aquí lo que quieren, en dos simples palabras: energía masculina.
Sí, no me gusta complicar demasiado las cosas cuando en realidad son muy lineares: las mujeres quieren a un jodido hombre de verdad a su lado, un argumento del que ya he hablado en otros artículos.
Si es tan sencillo, entonces, ¿por qué se ha armado toda esta confusión? ¿Por qué nació la frase “a las mujeres no hay quien las entienda”?
A menudo los hombres se encuentran con determinadas acciones femeninas que, en apariencia, parecen ilógicas y contrastantes. Esto les crea cierta confusión.
¿Cuáles son los motivos que crean este caos aparente?
1. La diversidad de fondo que existe entre el hombre y la mujer
Los hombres no podemos esperar que las mujeres tengan nuestras mismas necesidades pero a menudo actuamos como si fuese así.
El ejemplo clásico es el del hombre y la mujer que se quieren “desahogar”.
Cuando un hombre se desahoga con un amigo y le cuenta sus problemas, este hombre quiere sugerencias, busca soluciones. Por eso, cuando un amigo nos habla, nos mantenemos atentos a los detalles, elaboramos la información que nos ha dado y después le damos nuestro punto de vista. A menudo se logra llegar a una visión común del asunto o se establece una estrategia a seguir para resolver la cuestión.
Al contrario, la mayor parte de las mujeres que se desahogan no buscan una solución, “solo” quieren desahogarse y encontrar empatía.
Y nosotros los hombres nos empeñamos en ofrecerle un montón de sugerencias para resolver este o aquel problema… mientras que ellas solo necesitan atención y afecto.
2. La incongruencia entre lo que una mujer DICE querer y lo que realmente necesita
Debido al condicionamiento social, muchas mujeres dicen querer un “chico bueno, dulce y romántico”.
Si has estado leyendo los artículos de este blog, sabrás muy bien que antes de necesitar un hombre “dulce y romántico”, una mujer necesita un hombre de verdad. Sabrás muy bien que la atracción no se crea a base de mimos y que las gentilezas no son las que conquistan a una mujer.
¿Todavía no lo sabes? Entonces apuesto a que ya te han dicho: “No puedo estar contigo, somos amigos”, ¿o no? En este caso, te aconsejo que leas el artículo sobre cómo no terminar en la zona de amigos.
3. La incongruencia entre lo que una mujer PIENSA querer y lo que realmente necesita
A menudo las mujeres (y también los hombres, que quede claro), se mienten a sí mismos; es decir, piensan que quieren una cosa pero en realidad quieren otra.
Esto provoca cambios en la forma de comportarse que a los hombres nos resultan incomprensibles. El problema radica en que a veces las mujeres deben enfrentarse a la cruda realidad de los hechos para comprender realmente cuáles son sus necesidades.
En otras palabras: realizan acciones que van en cierta dirección porque piensan que quieren algo pero después se dan cuenta de que quieren otra cosa y cambian su actitud y su forma de actuar.
4. El cambio continuo de las necesidades
Como vimos en este artículo, las necesidades de una mujer cambian a lo largo del tiempo, en dependencia de las circunstancias y según el hombre que se encuentra delante.
Obviamente, esto puede crear cierta confusión.
5. La diversidad de mujeres
Estoy diciendo una banalidad: cada mujer es diferente, es verdad que existen necesidades generales pero también hay necesidades que no son generales.
¿Piensas que se trata realmente de una banalidad? Quizás sí, pero a menudo lo olvidamos.
Sí, porque en el tentativo de comprender el mundo femenino que nos parece tan complicado, nos aferramos a los pocos datos que tenemos.
Entonces pensamos que si una amiga nos dice que una mujer necesita X, entonces todas necesitarán lo mismo. Pensamos que si nuestra ex necesitaba Y, entonces todas las mujeres lo necesitarán.
Así nos olvidamos de que cada mujer juzga primero según sus propias necesidades. No todas logran distinguir entre sus necesidades personales y las necesidades femeninas en general.
6. Los cambios de idea y los conflictos interiores
Para los hombres no es fácil entenderlo pero una mujer, sobre todo en cuestiones amorosas, experimenta continuamente sensaciones contrastadas.
Quiere entregarse pero tiene miedo a sufrir. Quiere tener sexo pero tiene miedo a que la tomen por “una fácil”. Quiere un hombre alfa pero teme terminar con un playboy… En resumen, no hay nada nuevo bajo el sol, ¿o me equivoco?
Esto no quiere decir que las mujeres sean eternas indecisas, existen muchos ámbitos, sobre todo el laboral, en el cual las mujeres pueden ser muy firmes y decididas, pero les cuesta un poco más en cuestiones sentimentales.