¿Quién está fingiendo? Dime quién está fingiendo (Elige a un amigo y te lo agradecerá por siempre)

Sales con una mujer…

…te comportas como un felpudo porque te han hecho entender que así funcionaba todo…

… le das regalos pero no demuestras que te la quieres coger porque en el fondo tienes miedo…

…esperas para darle un beso, horas y horas, incluso semanas, porque crees que “nunca se besa en la primera cita”…

… mientras esperas que ella se te conceda, vives tu vida como hacen muchos…

… miras mucha tv, actúas como un espectador, no mejoras ni una coma…

… ¿los amigos? Tus amigos hacen lo mismo ¿por qué deberías cambiar si ellos no lo hacen? …

… ¿el coche? Elige el más grande y después págalo a cuotas durante 50 años, no importa si no te queda dinero para lo demás, ahora eres guay…

…compra revistas que muestren a mujeres que jamás te follarás, con coches que nunca tendrás y ropa que jamás vestirás… piensa “Si tan solo tuviese estas cosas sería feliz”…

… en el mientras, espera, espera a que una mujer se te conceda porque “cuando llega, llega” y “estas cosas no se buscan, suceden, es el destino, basta saber esperar”…

¿Por qué haces todo esto? ¿Por qué no te despiertas?

Por miedo, temor, miedo inconsciente a no tener éxito.

Por esta razón has construido a tu alrededor un escudo, una máscara de felpudo, y es exactamente eso lo que la sociedad quiere que tú seas: ¡un jodido consumidor y nada más! ¡Nada más!

Un día encuentras a un tío que te dice que la seducción se puede aprender, que puedes mejorar, alcanzar tus propios objetivos en materia de mujeres, tener una vida feliz y estupenda.

Lo miras de forma extraña, casi sospechosa… y le dices: “¿Por qué debería cambiar? No quiero fingir lo que no soy, quiero ser espontáneo, si no me siento cómodo haciendo algo quiere decir que no es para mí.”

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Al contrario, ahora eres una persona que ha dado pasos de gigante en materia de mujeres.

Eres un hombre que sabe expresar su energía masculina, un hombre que se siente libre cada vez que intenta ligar con una mujer, cada vez que persigue sus objetivos, en cada segundo que vive.

Conoces tus éxitos y tus fracasos, te sientes orgulloso de ambos y no cambiarías tu vida con nadie.

Un día encuentras a una persona que era como tú, una persona que necesita ayuda, que necesita un empujón.

Le dices que la seducción se puede aprender, que puede mejorar, que puede alcanzar sus objetivos en materia de mujeres y tener una vida feliz y estupenda.

Te mira de forma extraña, casi sospechosa… y te dice: “¿Por qué debería cambiar? No quiero fingir lo que no soy, quiero ser espontáneo, si no me siento cómodo haciendo algo quiere decir que no es para mí.”

Lo miras, quieres ayudarle porque te identificas con él, has cometido sus mismos errores y no puedes permitir que él continúe sufriendo y viviendo en el miedo.

Lo miras, directamente a los ojos, y le dices:

“Dime… ¿cómo te sientes comportándote así? ¿Te sientes bien contigo mismo?

¿No sientes una fuerza que te oprime desde dentro, una energía que lucha por salir pero tú se lo impides?

¿No piensas que te sentirías más libre, más feliz, más TÚ MISMO, expresando esa energía masculina que llevas dentro?

Piénsalo…

Y ahora te pregunto: ¿soy yo quien fingo? ¿Yo que expreso lo que siento como hombre? ¿Yo que lucho por lo que amo? ¿Yo que digo lo que pienso? ¿Yo que, finalmente, VIVO?

O quizás, quizás… ¿quizás eres tú? ¿Quizás eres tú quien finge ser un chico ultra-bueno, un felpudo, un consumidor y nada más?

Dime ahora, de nosotros dos, ¿quién es el que lleva una máscara y quién es él mismo? ¿Quién no es espontáneo y quién sí?

Dime ahora, de nosotros dos, ¿Quién está fingiendo?

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Dejo que decidas quién quieres ser, en qué historia te quieres sumergir.

Si eliges la segunda opción no te quedes de brazos cruzados, elige AHORA A UN AMIGO QUE NECESITA APRENDER A SEDUCIR e INTRODÚCELO EN ESTE MUNDO FANTÁSTICO, te lo agradecerá por toda la vida.

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