¡No te justifiques por ser como eres!

Poco a poco nos estamos acercando al final de nuestra lista sobre cómo no terminar en zona de amistad y conquistar a una mujer. Si es tu primera vez en este sitio, te aconsejo de visitar la sección presentación y FAQ.

Hoy hablamos de la importancia del no justificarse de como uno es. La cuestión es sutíl y hay que tener cuidado de no generalizar o exagerar en ambos sentidos.

De hecho si por un lado no hay que justificar como somos, por otro lado hay de todas maneras que tener cuidado a los “feedback“, es decir a las señales que conscientemente o inconscientemente los demás nos envían para indicarnos si nuestro comportamiento, si como somos y como actuamos, se consideran positivos o negativos.

Una grande enseñanza es aquella de dársele un bledo de lo que piensan  los demás, por otro lado, si ésto fuera llevado al extremo, tendríamos una persona con la que nadie quiere estar, ¡ni más faltaría  si este hombre fuese capaz de conquistar a una mujer!

Por lo que es importante el famoso juicio del medio, entendido que no hay que exagerar con “dársele un bledo  del jucio de los demás”, podemos seguir aprendiendo el significado en la práctica del “no justificarse”.

No justificarse significa ser de una determinada manera y no justificarse por serlo, no disculparse, no comunicar implícitamente o explícitamente el sentido “perdoname si tengo estas caracteríticas”.

Porque es sinónimo de gran amor por si mismo, y comunica también ser una persona que la mayoría del tiempo no toma del exterior los parametros de valuación, no dice “aquel es así, el otro es otra cosa, y yo o soy un asco o soy un guapo”, sino se gusta porque se gusta, no necesita razones racionales por hacerlo.

De vez en cuando puede pasar de hacer chorradas, quizás hemos sido malcriados o maleducados y ella nos lo hace notar. Si ella tiene razón, es verdaramente estupido discutir para tener razón, ¿¡acaso somos como niños?! Una cosa sensata es disculparse sinceramente.

Pero hay dos fundamentales maneras de disculparse: uno que comunica sometimiento y un sentido “te ruego, perdoname”, y otro que comunica aceptación del error y gran confianza que “no es un problema”. Ambos vienen aceptados por quien se disculpa, pero el segundo es más útil para conquistar a una mujer: muestra seguridad e imperturbilidad, dotes preciosas en la seducción.

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